Vinimos a hacer algo, pero lo olvidamos...

Vinimos a hacer algo, pero lo olvidamos...

Rubén García Mateo
Lunes, 28 de Octubre de 2019
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No esperes el cielo tras la muerte, ni te aísles en tus desdichas. No vinimos aquí para soñar a ratos y esperar un después sustentado por meras fantasías.

Hemos estado tan ciegos... que hemos ignorado nuestro propósito aquí y nuestras capacidades, a la deriva sin destino ni un porqué del navegar sin rumbo, y nos hicieron olvidar incluso el lugar de partida, hasta que acabamos viéndonos empequeñecidos ante la inmensidad de un mar lleno de náufragos insatisfechos.

Todos intimando en nuestro subconsciente con la misma muda pregunta... ¿por qué estoy aquí? ¿qué sentido tiene esto? ¿por qué el mundo es así?... pero sobre todo... ¿hay algún propósito para que yo exista? ¿que pinto si apenas soy nada? o eso te hicieron creer...

Todos la misma pregunta... para una sola respuesta... ¿Cómo es que nunca nos enteramos?

Solo relájate y recuerda... Vinimos en esta época para crear un cielo aquí, y no esperarlo tras la muerte mientras hacíamos como que vivíamos.

Nuestro regalo, nuestro legado... es este presente, esta oportunidad. Vinimos a hacer de la tierra el cielo, es nuestra responsabilidad y el deseo más profundo que nos une. Más allá de cualquier frontera, sobre los muros personales de cada idea, cruzando el velo de los pensamientos, subyace el deseo de traer luz a nuestras vidas, a la tierra y sus especies.

¿Cuándo vamos a dejar de permitir que el simple hecho de ser sea una tarea tan complicada?

Solo hemos estado distraídos, perdidos y algo cansados... buscando en el exterior algo que justifique nuestra existencia, que arrojara una respuesta... a por qué estamos aquí si nunca llegaba lo que queríamos... estábamos dormidos, persiguiendo sueños para llenar nuestro vacío individual, como náufragos separados por kilómetros de agua salada y amarga, en el lamento interno de un querer y no poder, ni saber el qué.

Hoy sabemos que vinimos a hacer algo... cuyo secreto es que es una tarea común, y no una individual y egoísta para mejorar nosotros.

La humanidad no será feliz hasta que no acepte que todos vinimos a hacer la misma cosa... desde nuestras ideas comunes, desde nuestros talentos e intenciones, desde la singularidad que nos hace especiales y únicos, irrepetibles.

De modo que ni somos tan pequeños ni tiene tan poco sentido nuestra razón de estar aquí... nuestro propósito... es crear el mundo que soñamos, que solemos imaginar cuando somos niños, y que nos hacem olvidar antes de tener las herramientas y la experiencia para llevarlo a cabo. ¿No lo entendéis? Hemos venido a esto, somos creadores de una parte del universo... tenemos todo un planeta para nosotros... ¿Qué coño hemos estado haciendo entonces?

Cada persona tiene una chispa única, una virtud mejor que cualquier otro, y tú puedes aportar algo de un modo que nadie haría igual, por ser como eres, y por valer lo que vales, aunque te lo niegues.

Hay personas que no creen, y muchas que no lo saben... pero cada uno ha de jugar un papel en esto, y no podemos permitir que otros moldeen el mundo a su manera, nuestro modo de vivir, nuestro modelo de vida...

Sé ahora por el mundo que sueñas, y tu estela creará destellos cuando acaricie el alma de quien se cruce en tu vida.

Un abrazo.

Autor original:
Rubén García Mateo