Reflexiones espontáneas

Reflexiones espontáneas

Rubén García Mateo
Lunes, 28 de Octubre de 2019
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Ante la duda observa, ante el miedo avanza, ante la melancolía sonríe y ante la infelicidad ama.

Mucho de lo que no se ve, y mucho mas allá en donde se disipan los colores de la estancia en destellos alojados en cada mirada, siento ser cada nota que susurra el silencio, este momento, a cada letra un instante eterno e irrepetible, que se desenlaza con la naturalidad de un verso en plena calma... percibe este momento para ser tu existencia, sentirte aquí, a la vez que en algún curioso lugar, presente... el significado de la vida expresándose en un gesto, en una palabra, en la canción que de repente suena, en la persona que encuentras tras pensarla, en la mirada que esboza una mueca de muda sabiduría en el rostro de un añorable anciano... en el destello vívido y transparente que ilumina la sonrisa de un niño, en el agradecimiento que demuestra por sorpresa alguien a quien juzgaste, expresándose expresándote en un atardecer anaranjado que dibuja el horizonte, como la hoja que se desprende y cae con elegante zigzagueo a merced pero segura con el viento, una caricia que te aloja, que te guia hacia el fluir del vacío, extrañamente libre, hacia bajo la refrescante lluvia o te acompaña hasta la luz del mejor día de una primavera cualquiera, posándote junto a una flor de la que surjirán las hojas que de nuevo el viento acunadas anhela mecer, aunque siempre de una nueva y única manera, como tú, como todo...

El amor da la luz, y la luz la vida, la tierra la nutre y el viento la acerca, el fuego la transforma, el agua la purifica y el eter la coordina; guiada por cada emoción que brota de un pensamiento, elegido debería a voluntad por la consciencia. Ante la duda observa, ante el miedo avanza, ante la melancolía sonríe y ante la infelicidad ama, haz de tus temores tus escalones más aliados, el viento que te guia, la certeza que te sostiene y el espejo que te muestra si vas por el camino en que caminaría la mejor versión de ti. Observa, ama y aprende al hacerlo, hacia uno mismo, y luego hacia afuera... quizás el escenario se vea entonces cambiado, sin haber cambiado realmente, hasta que tu lo cambies por percibirlo cambiado al tu haber cambiado.

Cuando la mirada ajena te hable, aquello que te irrita te despreocupe y quedes literalmente transportado hacia lo más profundo de quien abrazas hasta dudar de si eres esa persona, descubrirás un atisbo... no de lo que vales, sino de quien eres; más cuando veas quien eres, apenas entenderás un atisbo... de tu significado; y al entender tu significado apenas comprenderás un atisbo... de que eres el propio significado.

Como el valor del infinito amor en lo profundo, más con temor como envoltorio, negándose a ver, buscando alrededor con épica espera, así hemos vivido... quizás el tiempo que se esboza al caminar descalze sus pies, quizás el sol quiera mudarse a otra parte, o quizás nos grite "ánimo"; quizás las estrellas quieran seguir viajando y el ser humano desee ser, los animales celebrarlo y la luna, exponerse a la luz de la verdad que con admirable sosiego se justifica a si misma siemplemente siendo, la hierba lo sabe cuando en la noche mira el cielo sin nada que se interponga hasta el infinito, más la naturaleza no deja de creer en nuestros sueños... habla en el aroma de quien la respira, baila ante los ojos de quien la mira, canta al oído de quien la escucha y enseña a quién la observa... deleita a quien reconoce una parte de ella en sí, contagia a quien reconoce una parte de sí en ella.

El paréntesis del tiempo quieto depende del color con el que se esté escribiéndo.

Viajar en este tren multidireccional es atreverse a reconocer en nosotros cada vía, y en nosotros la vida que desde adentro lo guía, elegir lo que el amor haría, y lo que sentirías si una vez fueses esa via apunto de escoger, vive con amor para sentir con certeza, pensar con lucidez y escoger con sabiduría. Si no sabes que hacer pregunta... ¿Qué haría el amor? El abismo de vivir, antes y después, después de después, y sin embargo solo y sobretodo ahora, momento eterno en que todo está sucediendo, en que todos somos, fuimos y seremos, junto y siendo todo lo demás.

Elije ahora! el escenario por el que caminaría la mejor versión de ti, esa persona que te gustaría ser y crees no ser, y pon tu pié en ese camino... el te conducirá a la mejor versión de ti y a la autorrealización misma de la vida expresándose a través tuyo.

La serenidad del silencio que me acoge en el regazo de este momento cuyo tiempo se curva y me desplaza omnidireccional hacia cualquier emoción y pensamiento, lugar y momento, dejar de ser al tiempo que todo se es, que bella, sencilla y perfecta divina bicotomía que sostiene la melodía de la vida en acordes eternamente perfectos. La conciencia unida dividida en infinitos fragmentos interconectados, uno en cada todo... y todo en cada uno.

El paréntesis del tiempo quieto depende del color con el que se esté escribiéndo, y de cuán espacio libre seas capaz de percibir en la hoja de tu vida, no tu vida, sino la vida... hasta descubrir que se puede escribir en cualquier parte. La mejor versión de la emoción más sincera es el espejo de la mejor versión de uno mismo. La mejor versión del pensamiento más elevado esboza el reflejo de las más prósperas acciones. Las acciones más genuinas por siempre resonarán con eco durante eones de tiempo, y parte de tu ser será desplegado en cada evento desencadenado vinculado que acontezca, nutriéndose la vida así con cada intención de todo lo que vive, que no es todo lo que hay, sino todo lo que es.

Muestra a cada persona lo mejor de si misma, e inevitablemente deseará vivir siéndolo.

Autor original:
Rubén García Mateo